Continuando con las historias de la isla Lemuy, me adentro nuevamente al poblado de
Detif, porque esta historia quise postearla para este día.
Con familiares fuimos a pasear a esta isla.
Llegando a
Detif, encon
tramos un letrero que decía "artesanía en la playa", alertados también por unos amigos que nos dieron el dato que se trataba de una artesana, llegamos a Detif a conocer a ésta persona.
Curiosos por conocerla y saber un poco de ella, llegamos a la playa y a su casa donde tiene un salón donde expone todo el material tallado.
Gloria Mansilla, se especializa en la madera, especialmente el ciruelillo, comenzó a tallar desde los 13 años como algo natural que le nacía, y de a poco fue observando que podía hacer cosas muy
bellas.
Para el tallado, nos confidenció que sólo usaba una navaja, pero durante un verano unos muchachos mochileros que se hospedaron en la casa, le dijeron que en Santiago conocían a una persona que fabricaba instrumentos especiales para tallado en madera, se trataba de un importante señor el cual enviaba el material a Europa, para prestigiosos artesanos, de esta manera Gloria consiguió los instrumentos adecuados para el tallado.
Las figuras son hermosas, representando en la madera una fusión de iglesias, palafitos muy interesante, todo en diferentes relieves y en una sola pieza. Las tejuelas se tallan una a una, logrando una simetría asombrosa. También realiza tallados en muebles y modela raíces de árboles que el mar arroja a la playa. Pero, sin duda, lo más espectacular estaba por venir, y era un tablero de ajedrez hecho de madera que permanecía cerrado sobre una mesa, el cual nos llamó la atención.
Ella nos comentó que hasta la fecha a hecho sólo cinco y a pedido, porque para hacerlo se demoraba aproximadamente 40 días.
¿Cómo me decía, tanto se iba a demorar si era sólo un tablero?, hasta que lo abrió y quedé mudo. El tablero atesoraba en su interior pequeñas figuras de madera impecablemente talladas y barnizadas que representaban la mitología chilota. Los peones (era el Imbunche), las torres (los faros de la isla), lo
s alfiles (la serpiente Ten Ten Vilú), los caballos (el caballo de mar chilote), la reina (la pincoya) y el rey (el trauco). Todo nació producto de un desafío con un amigo, el cual le dijo que si era capaz de hacer un ajedrez chilote. Ella sin dudarlo, dijo que podía hacerlo. Y el resultado estaba a la vista. Comprobando además que ella podía cumplir todo lo que se proponía.
Gloria cuidadosamente sacaba las figuras del tablero hasta armarlo completamente, orgullosa del resultado. Me permitió sacar algunas fotos, donde no quería aparecer por vergüenza, y luego con el mismo cuidado las guardó, conciente de todo el trabajo que esas piezas le habían tomado.
Después de preguntarle que como no era tan conocida, nos mencionó que había sido contactada por la producción de un importante programa cultural de televisión abierta para una entrevista (merecido que la conozacn en todas partes), además nos comentó que su artesanía gener
almente la compraba gente de la misma isla.
Agradeci a Gloria todo el tiempo que mi curiosidad solicitó y aproveché de comprar uno de sus tallados, que sin duda ocupará un lugar importante de mi hogar.
Al salir de su casa con mi tallado, sentí que conocí a una persona muy importante, de una riqueza especial, con una habilidad innata y también de una inmensa humildad. Agradecimos, además, la confianza con que nos abrió la puerta, no tan sólo de su casa sino de su historia y de parte de su vida.